Laureano Ortega, el “canciller de facto” en las negociaciones con China

Por Expediente Público

Laureano Facundo Ortega Murillo es su nombre completo, pero públicamente es conocido como Laureano Ortega, el tenor, el hijo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y el hombre de confianza de la pareja del régimen que supervisa las propuestas y proyectos de inversión en Nicaragua y hasta actúa como “canciller de facto”.

El 10 de diciembre de 2021, en lugar del Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Moncada, firmó el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China y a partir de ese momento se convirtió en el enlace con los chinos.

“Hoy es un día histórico”, señaló Laureano Ortega Murillo hace exactamente un año en una conferencia de prensa que brindó junto al viceministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China, Ma Zhaoxu tras firmar el comunicado conjunto del restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Mientras al otro lado del mundo, el hijo de Ortega y Murillo firmaba un importante documento con el gigante asiático, el canciller nicaragüense, Denis Moncada, minimizado en sus funciones, un día antes leyó un breve comunicado en el que ponían fin a las relaciones que por años mantuvieron con Taiwán, afirmando que la isla es “parte inalienable del territorio chino”.

Los intereses políticos y personales del régimen

Desde 2012, Laureano es el asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, pero no es funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y públicamente no se conoce ningún documento que le autorice hacer este tipo de representaciones diplomáticas.

Ortega, sin embargo, otorgó a su hijo la facultad de suscribir los acuerdos que restablecen las relaciones diplomáticas con China violando el artículo 4 de la ley 358, Ley de Servicio Exterior, que dice: «Corresponde al Ministerio de Relaciones Exteriores por medio del Servicio Exterior, promover y estrechar, conforme a los intereses nacionales, las relaciones de Nicaragua con los Estados extranjeros en sus aspectos políticos, económicos, sociales, culturales, científicos y tecnológicos y participar activamente en las organizaciones internacionales”.

El historiador y exembajador de Costa Rica en Venezuela, Vladimir de la Cruz, explicó a Expediente Público que detrás del rol protagónico asignado por el régimen a Laureano existe toda una estrategia con fines políticos.

“Alrededor de Laureano lo que están haciendo es un montaje de imagen, una imagen de un hombre experto, internacionalmente relacionado que puede jugar un papel diplomático importante para Nicaragua en ausencia de Daniel y Rosario”, dijo de la Cruz.

Cuatro acuerdos, puro papel

Como enlace directo con el gigante asiático, el 10 de enero de 2022, un mes después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, Laureano Ortega selló con Cao Jianming, primer vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China, cuatro acuerdos entre ellos uno de cooperación en el marco de la franja económica de la ruta y la Seda, y la ruta marítima de la Seda del siglo XXI.

El 27 de junio de 2022 también fue la pieza clave del régimen en una reunión con Qiu Xiaoqi, representante especial para Asuntos de Latinoamérica y el Caribe del Gobierno de la República Popular China. El Ministro de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua, Iván Acosta, estuvo presente en la reunión, pero también en segundo plano.

Y así Laureano se ha convertido en la figura representativa del régimen: recibió una donación de China para el Sistema Nacional para la Prevención Mitigación y Atención a Desastre (Sinapred), otra que contempló una serie de kits tecnológicos, destinado a centros de educación primaria del país y en otro evento de la Policía, recibió equipos de protección y seguridad. En todas las actividades ha participado también el embajador chino, Chen Xi.

«Si Laureano Ortega asiste en relaciones internacionales ante China, ante Rusia, ante Estados Unidos y ante cualquier otro país en búsqueda de asuntos políticos o comerciales, debe estarlo haciendo acreditado, es decir, con documentos que lo acreditan para realizar esas funciones que son reconocidas por el país que lo recibe”, señaló el exembajador costarricense.

Laureano Ortega y el Gran Canal Interoceánico

Antes del 10 de diciembre de 2021, al hijo de Ortega y Murillo se le conocía más por cantante de ópera que por político pero no es la primera vez que el tenor aparecía ante el gigante asiático como un súper funcionario del régimen para hablar de temas de cooperación e inversión.

En el año 2012, Laureano volvió de China con el anuncio de que venían grandes inversiones para el país centroamericano y el 3 de julio de ese mismo año, la Asamblea Nacional aprobó la Ley del Régimen Jurídico del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, Ley 800.

Al año siguiente, el 13 de junio de 2013, los legisladores aprobaron la construcción del proyecto, una de las grandes estafas del régimen, por un monto de US$50,000 millones. Violando la Constitución, la obra se le adjudicó a la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development más conocida por sus siglas HKND Group de de  Wang Jing, de quien poco se ha vuelto a saber.

El hijo de Ortega y Murillo no solo con los chinos hace de diplomático, sino que se reúne con funcionarios iraníes de alto nivel como el encuentro que en mayo de este año sostuvo con Javad Owji, Ministro de Petróleo de la República Islámica de Irán, una reunión en la que restó protagonismo al canciller Moncada.

Los hijos de Ortega y las relaciones con los chinos

Casi todos los hijos de Ortega y Murillo están codeándose con los chinos y ejercen funciones.

Camila Ortega Murillo, hija también del matrimonio, a través del Acuerdo Presidencial 179-2022 se le otorgaron “plenos poderes” para que actuando en representación del régimen y como coordinadora de la Comisión Nacional de Economía Creativa, suscriba un memorándum de entendimiento con el Centro de Intercambio Cultural China-América Latina.

Los otros hijos, Maurice, Daniel Edmundo y Juan Carlos Ortega Murillo, quienes son dueños, coordinadores y directores de los canales de televisión 13, 4 y 8 en diciembre de 2021 suscribieron un convenio de cooperación entre el Grupo de Medios de China.

“En lo que yo entiendo, la Constitución Política de Nicaragua prohíbe los nombramientos de funcionarios hasta el cuarto grado de consanguinidad, esto incluía a los hijos e hijas de Daniel Ortega y Rosario que ocupen cargos dentro del Gobierno”, enfatizó de la Cruz.

El artículo 130 de la Constitución Política de Nicaragua establece que “no se podrán hacer recaer nombramientos en personas que tengan parentesco cercano con la autoridad que hace el nombramiento y, en su caso, con la persona de donde hubiere emanado esta autoridad”.

Cancillerías son “pasapapeles”

El académico salvadoreño Ricardo Valencia, profesor asistente de la Universidad estatal de California en Fullerton, compara lo que ocurre en Nicaragua con lo que pasa en El Salvador donde Karim, hermano del presidente Nayib Bukele, es el que representa al gobierno en las reuniones con los chinos.

En junio pasado, durante la visita del encargado de asuntos latinoamericanos de la cancillería china, Qiu Xiaoqi  la gran ausente fue la canciller de El Salvador, Alexandra Hill.

En la visita de Bukele a China en 2019, en la cual el mandatario salvadoreño se reunió con el presidente chino Xi Jinping, Karim estuvo todo el tiempo a la par del mandatario y la canciller asignada tampoco estuvo en ese encuentro.

“Creo que es una parte de la estrategia que ha hecho China con el Salvador y Nicaragua. Los chinos saben que el aparato burocrático de las diplomacias es demasiado lento (…) Ocupan a las cancillerías solamente como pasapapeles y establecer detalles sobre esa relación y las embajadas, le dan el soporte legal y administrativo de la relación que es dirigida por la familia de los presidentes”, apuntó Valencia.

Diplomáticos deben servir al país

El Salvador restableció relaciones diplomáticas con China el 21 de agosto de 2018 durante la administración del expresidente Salvador Sánchez Cerén. A partir de 2019, Bukele se ha encargado de fortalecer ese acercamiento.

Lo que ocurre con Laureano en Nicaragua es un “mensaje de que la confianza fuera de los círculos del núcleo del presidente, de la familia del presidente, son bastante reducidas”.

“Es bastante claro que Bukele y Ortega confían muy poco en su aparato diplomático y todo lo manejan a nivel personal (…) Los chinos se dan cuenta que lo político no lo van a decidir con la cancillería, sino con los enviados de los presidentes y como una potencia que tiene intereses van a establecer una relación que les convenga”, afirmó Valencia.

Valencia lamenta que en el caso de Nicaragua y El Salvador los embajadores juegan un papel de “serviles y lacayos de los humores de los presidentes”.

“Con el caso China parece que están colisionando los intereses familiares con los intereses de país y creo que se benefician los intereses familiares en este caso”, señaló Valencia.

Taiwán era sostén del régimen

Las relaciones diplomáticas de Nicaragua con Taiwán iniciaron en la década de los años noventa y la cooperación estuvo enfocada principalmente en temas de salud, agricultura y vivienda social.

Taiwán además representó para el régimen un importante socio comercial, con el cual tenía una balanza comercial de bienes superavitaria, exportando US$85.02 millones e importando US$33.1 millones al cierre de 2021, según información oficial del Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica.

Un año después lo único que tiene el régimen es un convenio marco que firmó mientras se negocia un Tratado de Libre Comercio (TLC) para compensar la pérdida de exportaciones a Taiwán, contrario a lo que ocurrió en Costa Rica que rompió con Taiwán en 2007 y hubo gestos significativos por parte del gigante asiático.

“No es gratuito que entre más autoritario se vuelve Ortega y se vuelve Bukele más necesitan de China, pero simplemente por la cuestión de tener la necesidad de recursos (…) Por eso estos dos gobiernos han intentado hacer la relación con China bastante familiar, personal, porque me imagino que dentro de las cancillerías hay bastante debate”, señaló Valencia.

Por su parte, el excanciller costarricense aseguró que las relaciones con China son “inevitables”.

“Van a ser fuertes, cada vez van a tener un carácter más importante y que China en ese conjunto de relaciones internacionales, fortaleciendo sus relaciones económicas, va ir acumulando una capacidad internacional de poder que le da la economía internacional de disminuir en ese sentido la presencia internacional de Estados Unidos y otras potencias capitalistas”, advirtió de la Cruz.

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