China, el gigante asiático que podría aplastar a la economía de El Salvador 

Por Expediente Público

El Gobierno de Nayib Bukele inició de forma “rápida” negociaciones con la República Popular China para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC), proceso que por ahora deja por fuera a los grupos económicos salvadoreños que demandaron su inclusión. A juicio de algunos analistas este proceso carece de transparencia y se trata de una movida de carácter geopolítico del gigante asiático en la región.  

Federico Hernández, analista político salvadoreño, explicó a Expediente Público que cualquier apertura a nuevos mercados siempre es bienvenida, sin embargo, el inicio de estas negociaciones deja muchas “interrogantes en el aire” y están enmarcadas en un proceso poco transparente.  

“Quienes deben ser protagonistas en el diseño y confección de este tipo de tratados son los usuarios. Quienes van a ser impactados para bien o para mal en este caso, son los empresarios de cualquier tamaño. Lo que preocupa es el hermetismo con el que nuestro gobierno siempre maneja estas cosas. De repente un día nos levantamos con que ya no existía el TLC con Taiwán”, señaló Hernández.  

El pasado 9 de noviembre, durante un donativo hecho por China para aliviar la crisis económica en El Salvador, Bukele anunció que iniciaron las conversaciones «para firmar lo más pronto posible un TLC entre China y El Salvador». 

Estados Unidos, considerada la primera economía del mundo, constituye el principal socio comercial de El Salvador. Los datos del Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica (SIECA) muestran que, en 2021 la pequeña nación centroamericana vendió US$1,564.75 millones al mercado estadounidense, mientras que sus exportaciones a China alcanzaron apenas US$74.49 millones.

Para Hernández, cualquier acuerdo comercial con China reviste una “circunstancia compleja” para El Salvador. 

“En la medida que China es un gigante económico, tiene un mercado demasiado grande, y es difícil evitar que China agobie al empresario salvadoreño con productos que tienen precios absolutamente risibles y que puedan eventualmente sacar del mercado a los empresarios nacionales. Se dice muy fácil voy a exportar a China, pero es complicado, no es fácil”, enfatizó Hernández. 

Intereses geopolíticos de China  

El Salvador fue el tercer país centroamericano en romper relaciones diplomáticas con Taiwán. El 21 de agosto de 2018, durante la administración de Salvador Sánchez Cerén dio sus primeros pasos para acercarse a China.  

En 2017, antes del rompimiento con Taiwán, El Salvador exportó a la isla US$53.38 millones, mientras que a China lo exportado ese mismo año apenas representó para el país centroamericano US$46.85 millones, según datos del Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica.  

A los pocos meses de asumir la presidencia, en diciembre de 2019, Nayib Bukele viajó a China para consolidar esos lazos y junto al mandatario chino, Xi Jinping, firmó una serie de acuerdos de «una gigantesca cooperación no reembolsable» que beneficiaría a distintos sectores.

El analista de política exterior china, Parsifal D’Sola, director de la Fundación Andrés Bello, explicó a Expediente Público que esas negociaciones sobre un posible TLC son una “movida geopolítica”. 

“Es una forma de presionar a Estados Unidos para obtener beneficios que vayan en pro de los intereses de El Salvador (…) China en su política frente a Latinoamérica buscan minimizar y no verse inmiscuidos en tensiones con Estados Unidos o en la política exterior de Estados Unidos frente a la región”, señaló D’Sola. 

Los principales intereses de China en América Latina son de índole económico y eso ha desatado una tensión geopolítica, incluso con el mismo Estados Unidos. 

“Para Estados Unidos puede representar un reto geopolítico, incluso una amenaza a la seguridad regional (…) cuando se ve desde el punto de vista local varía muchísimo”, manifestó D’Sola. 

TLC beneficiaría a empresas chinas  

Pese a la oportunidad que se le presenta a El Salvador de obtener mejores oportunidades comerciales más allá de sus mercados tradicionales, según D’Sola está comprobado que los países que firman acuerdos comerciales con China inicialmente ven un incremento en sus exportaciones, pero después de unos meses regresan al “estándar previo a la firma del TLC”. 

“Más allá de un beneficio de relaciones públicas, ya sea para el gobierno local o para China, no tiene un impacto fundamental en los lazos económicos entre ambos países”, insistió D’Sola. 

El director de la Fundación Andrés Bello insistió que está demostrado que las actividades y la forma de hacer negocios de las empresas chinas no van en beneficio de la población o el país donde operan.

“Las compañías chinas tienden a adaptarse a las situaciones locales en lugar de pujar por transparencia, eso fue el caso de Venezuela por la falta de supervisión, por la obscuridad en las negociaciones y la falta de institución y Estado de derecho, ahí están los resultados, efectivamente fueron catastróficos”, dijo D’Sola. 

El economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Ricardo Castaneda, reconoce que es muy poco lo que El Salvador exporta a China.  

“Un Tratado de Libre Comercio no beneficiaría principalmente a las empresas de El Salvador, sino a las empresas chinas y creo que sobre eso es importante tener presenta lo que sucedió con otros tratados de libre comercio donde El Salvador u otros países de Centroamérica siempre están en desventaja de poder negociar ese tipo de tratados”, dijo Castaneda. 

Se necesita transparencia 

Al respecto, Federico Hernández expresó que es una iniciativa “poco realista” y para llegar al mercado chino, El Salvador debe ofrecer un “producto muy novedoso”.  

“Yo no veo, por ejemplo, a China consumiendo todo el parque cafetero salvadoreño, ellos ya tienen suficiente café. No veo qué tipo de productos salvadoreños puedan competir con la cantidad de productos que de todas partes del mundo están consumiendo los chinos. Lo que sí veo es la posibilidad real de que nuestro país sea inundado con productos chinos, que puedan eventualmente desplazar del mercado a los propios productores nacionales”, manifestó Hernández.   

Para que esas especulaciones tengan una respuesta, según Hernández, el presidente Bukele debe dialogar con los sectores económicos del país.  

“Lamentablemente no vemos esa transparencia por ningún lado. Todos los Tratados de Libre Comercio que se han firmado a la fecha, hasta la llegada de este gobierno, todos tuvieron como contraparte protagónica al sector privado y es la primera vez que tenemos un gobierno que hace estas cosas a puerta cerrada y lo preocupante es que cuando los políticos hacen estas cosas a puertas cerradas, es que suelen equivocarse de manera grave”, insistió Hernández.  

De los países que en Centroamérica mantienen relaciones diplomáticas con China, Costa Rica firmó el 8 de abril de 2010 su propio TLC con el gigante asiático, mientras que Panamá lo hizo el 12 de junio de 2018. 

D’Sola insiste que a la vista de las negociaciones que iniciaron en El Salvador se necesita una institución local que “vele por los intereses de la población” para que haya transparencia en el manejo de los fondos. 

“Eso perjudica a cualquier potencial competidor internacional o local que desee participar de esos potenciales proyectos, porque todo esto se negocia Estado a Estado, detrás de puertas no hay un espacio para la participación de otros actores y China, sin duda, va a ver eso como una oportunidad para la participación de sus propias empresas”, dijo D’Sola.  

¿TLC a cambio de qué? 

Tras la visita de Bukele, la potencia asiática ofreció todo tipo de proyectos a El Salvador incluido un estadio y una biblioteca.  

A inicios de noviembre, en un evento en Madrid el vicepresidente salvadoreño, Félix Ulloa, en declaraciones a Bloomberg, dijo que China ofreció comprar la deuda externa del país centroamericano.

“China ofreció comprar toda nuestra deuda, pero debemos andar con cuidado”, dijo el vicemandatario.

La administración de Bukele intenta reorganizar su deuda externa y actualmente, cuenta con alrededor de US$670 millones de dólares en bonos con vencimiento el 24 de enero de 2023. 

Inicialmente debía pagar US$800 millones en enero, pero tras un proceso de reventa de los bonos, solo logró obtener US$133 millones, que representa el 16% de su deuda, por lo que todavía debe conseguir US$666.9 millones. 

A septiembre de 2022, la deuda externa salvadoreña ascendía a US$11,470.42 millones, según estadísticas el Banco Central de Reserva de El Salvador. 

El pasado 8 de noviembre, sin embargo, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, negó conocer que China haya ofrecido comprar la deuda externa de El Salvador, como lo dijo el vicepresidente Ulloa a la agencia especializada en noticias económicas Bloomberg.

“Eso es gravísimo, China ya ha comprado en Asia y en África deudas externas y lo que ha hecho prácticamente es quedarse con esos países en sus manos. Que el vicepresidente haya dicho eso y luego haya tenido que salir a desmentirlo a mí me preocupa, porque tenemos un gobierno que lamentablemente no se ha caracterizado por el manejo veraz de su narrativa política y económica”, manifestó Hernández.  

Para Castaneda, es importante tener presente que la situación financiera de El Salvador sigue siendo complicada. 

“Tiene compromisos de pagos de deudas que tiene que hacer en los próximos años y por eso la importancia de poder establecer reformas fiscales integrales que permitan mejorar la actual situación”, puntualizó. 

El Salvador tiene poco que ofrecer  

La Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport) reconoció a través de un comunicado que un posible TLC con China representa una oportunidad, debido a que el “comercio puede verse beneficiado” y en particular las exportaciones. No obstante, es reto dado que los productos que exporta el país centroamericano “realmente son pocos”. 

El Salvador exporta principalmente azúcar, café, desechos y desperdicios de aluminio, algunos artículos de confección y textiles, asegura la Coexport.  

“Debe considerar seriamente nuestras asimetrías para no dejar en desventaja a nuestro sector productivo, más aún es buscar cómo fomentar nuevas inversiones que permitan fabricar productos que ingresen a dicho continente u otros mercados”, refirió la Corporación de Exportadores de El Salvador.  

Para la Coexport no se debe descuidar los mercados naturales de El Salvador que son Estados Unidos y Centroamérica.  

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China: The Asian Giant that could squash El Salvador’s Economy

By Expediente Público

The Nayib Bukele government quickly began negotiations with the People’s Republic of China to sign a Free Trade Agreement (FTA), a process that for the time being has left out Salvadorian economic groups who demand to be included. In the opinion of some analysts, this process lacks transparency and is a geopolitical move in the region by the Asian giant.

Federico Hernández, an analyst on Salvadorian politics, explained to Expediente Público in an interview that whatever opening the country creates for new markets is always welcome, but that these negotiations have left many “questions in the air” thus far and have thus been viewed as not being very transparent.

“Those who should be the protagonists in the design and preparation of these treaties are the constituents. Those who will be impacted by the treaty for good or bad are businessmen and women of all types. What is worrisome is the secrecy with which the government always manages these sorts of things. Suddenly, we woke up to find that the country no longer had a FTA with Taiwan,” said Hernández.

On November 9, while China was donating money to alleviate the economic crisis in El Salvador, Bukele announced that he had begun talks “to sign the FTA between China and El Salvador as soon as possible.”

The United States, considered the world’s leading economy, is El Salvador’s main trading partner. Data from the Central American Trade Statistics System (SIECA in Spanish) show that in 2021 the small Central American country sold US$1,564.75 million to the US market, while its exports to China reached just US$74.49 million.

For Hernández, any trade agreement with China is “complicated” for El Salvador.

“To the extent that China is an economic giant, it has too large a market. That said, it is difficult to prevent the country from overwhelming Salvadorian businessmen with products that are ridiculously priced and forcing national entrepreneurs out of the market. It is very easy to say that you are going to export to China, but it is not as easy to do so.”

Geopolitical interests in China

El Salvador was the third Central American country to break diplomatic relations with Taiwan. On August 21, 2018, during the administration of Salvador Sánchez Cerén, the government exported US$53.38 million to the island, while it exported only US$46.85 million to China that same year, according to data from SIECA.

A few months after assuming the presidency, in December 2019, Nayib Bukele traveled to China to consolidate ties and, together with Chinese President XI Jinping, signed a series of agreements “for a gigantic non-reimbursable cooperation” that would benefit a variety of economic sectors.

Chinese foreign policy analyst Parsifal D’Sola, director of the Andrés Bello Foundation, explained to Expediente Público that these negotiations about a possible FTA were a “geopolitical move.”

“It is a way of pressuring the United States for benefits that favor the interests of El Salvador. China and its policy toward Latin America look to minimize and not be involved in tensions with the United States or its foreign policy toward the region,” said D’Sola.

The main interests of China in Latin America are economic in nature, which has caused geopolitical tension, particularly with the United States.

“For the United States, China represents a geopolitical challenge and even a threat to regional security. When looked at locally, this perspective varies a great deal,” said D’Sola.

The FTA to benefit Chinese companies

Despite the opportunity with which the FTA presents El Salvador to obtain better trading opportunities beyond its traditional markets, according to D’Sola, it has proven that countries that sign trade agreements with China see an increase in their exports initially, however, months later, these numbers return to the “pre-FTA standard.”

“Beyond benefitting public relations, either for China or the local government, the agreement does not fundamentally impact the economic ties between the two countries,” D’Sola insisted.

The director of the Andrés Bello Foundation insisted that the agreement is showing that the activities and the way that the Chinese go about their business do not benefit the population or the countries where they operate.

“Chinese companies tend to adapt to local contexts instead of demanding transparency, which was the case of Venezuela, due to the lack of supervision, institutions, and rule of law, in addition to obscure negotiations. The results were catastrophic,” said D’Sola. 

The senior economist at the Central American Institute for Fiscal Studies (ICEFI), Ricardo Castaneda recognizes that there is very little that El Salvador exports to China. 

“A free trade agreement would not primarily benefit Salvadorian companies but rather Chinese companies. It is especially important to point out what has happened with other free trade agreements where El Salvador and other Central American countries have always been at a disadvantage in negotiating,” said Castaneda. 

Transparency is necessary   

In this regard, Federico Hernández expressed that the agreement is “not a very realistic” initiative and that to arrive at the Chinese markets, El Salvador would have to offer “a very innovative product.” 

“I do not see, for example, China consuming all the coffee in El Salvador; they already have enough coffee. I do not see any Salvadorian products that could compete with the number of products that the Chinese are consuming from all over the world. What I can see is the very real possibility that our country becomes overwhelmed with Chinese products, which could eventually displace national producers’ place in the market,” said Hernández. 

For these speculations to have an answer, according to Hernández, President Bukele must open a dialogue with the different economic sectors in El Salvador. 

“Sadly, we do not see this sort of transparency anywhere. All the free trade agreements to date signed by El Salvador, until the current government, have placed the private sector in a protagonist role, and it is the first time that we have a government that does these sorts of things behind closed doors. What is worrisome is that when politicians do things behind closed doors, they are most likely to mess up in a big way,” Hernández said.

Of the countries in Central America that maintain diplomatic relations with China, Costa Rica signed its own free trade agreement with the Asian giant on April 8, 2010, while Panama followed in its footsteps on June 12, 2018. 

D’Sola insists that the negotiations initiated in El Salvador need a local institution that “looks after the interests of the population” so that there is transparency regarding the management of funds. 

“The current dynamic damages the chances of any potential international or local competitor participating in these projects, as everything is negotiating between the two states behind closed doors; there is no space for the participation of other actors, and China, without a doubt, will see this situation as an opportunity for its own companies to participate,” said D’Sola. 

The FTA in exchange for what? 

Following the arrival of Bukele, the Asian superpower offered every single type of project to El Salvador, including a new stadium and library.  

At the beginning of November, at an event in Madrid, the Vice President of El Salvador Félix Ulloa said that China offered to buy the country’s foreign debt, according to comments he made to Bloomberg

“China offered to pay all of our debt, but we are going to proceed with caution,” the vice president said.  

The Bukele administration intends to reorganize its foreign debt and currently has around US$670 million in bonds that are due January 24, 2023. The country should pay US$800 million in January, but following a process of reselling the bonds, it was only able to obtain US$133 million, which represents 16% of the debt, for which it still owes US$666.9 million.  

As of September 2022, the foreign debt of El Salvador amounted to US$11,470.42, according to statistics from the Central Reserve Bank of El Salvador.  

On November 8, however, the minister of finance, Alejandro Zelaya, denied knowing that China had offered to buy the country’s foreign debt, as Vice President Ulloa had indicated previously to the news agency that specializes in economic reporting, Bloomberg. 

“This is very serious. China has already bought foreign debts in Asia and Africa, and following these moves, it basically kept the countries as puppets. The fact that the vice president said something that was later lied about by the finance minister worries me because we have a government that, sadly, is not known for its truthfulness regarding its political and economic narratives,” said Hernández. 

For Castaneda, it is important to keep in mind that El Salvador’s financial situation continues to be a complicated one. “The country has debt payments that it has to make in the next few years, which is why the importance of establishing comprehensive fiscal reforms that will allow for the current situation to improve is so relevant,” he said.

Visit the original article at Expediente Público

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