¿Logrará China doblar también el brazo a Guatemala y ampliar su influencia en el SICA?

Por Eric Lemus / Expediente Público

La llegada al poder en Guatemala de Bernardo Arévalo, tras el triunfo en el balotaje del domingo 20 de agosto, traza un escenario diplomático regional complejo porque la nueva administración debe escoger entre mantener a distancia la presión de Nicaragua para incluir a la República Popular China (RPCh) como observador en el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) o seguir apoyando a Taiwán.

Bajo el cuatrienio del mandatario saliente, Alejandro Giammattei, Guatemala cerró las puertas a la pretensión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que maniobran para que Beijing junto a Rusia sean admitidas como observadores extrarregionales en el SICA.

Sin embargo, la expulsión de Taiwán del Parlamento Centroamericano (Parlacen) confirma que Nicaragua persiste como punta de lanza a la medida de los intereses de Beijing y Moscú.

El Parlacen sesionó en Managua el lunes 21 de agosto de forma híbrida, pues unos diputados asistieron presencialmente mientras que otros a través de Internet pues la bancada guatemalteca estuvo inmersa en las elecciones de la segunda vuelta entre Sandra Torres y Bernardo Arévalo, informó una fuente a Expediente Público que pidió reservar su identidad.

“Nicaragua sustenta su propuesta basada en la resolución de la ONU del 25 de octubre de 1971, constituida como una organización internacional entre estados soberanos, considera a Taiwán como una provincia de China Continental, por lo que la descalifica a participar como país independiente”, dice la posición difundida por el régimen Ortega-Murillo.

Parlacen: un paso más de Ortega

A criterio de Alonso Illueca, en conversación con Expediente Público, lo acaecido en Managua “nos ofrece indicios del nivel de influencia que ejerce China dentro del Sistema de Integración Centroamericana. Siendo el Parlacen el principal órgano político del sistema de integración, la decisión tiende a confirmar la influencia real que ejerce China en el SICA y en sus distintos órganos de gobernanza”.

Illueca es un exdiplomático y abogado panameño especializado en asesoría intergubernamental, que, entre otros cargos, trabajó en la Unidad Especializada de Migrantes y Refugiados de la Defensoría del Pueblo de la República de Panamá.

“Centroamérica se encuentra en una deriva autoritaria, siendo los casos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala los más ilustrativos”, reflexiona Illueca.

“Irónicamente, el SICA se funda sobre la base de valores como democracia, derechos humanos y transparencia, pero en la práctica nos encontramos con Estados autocráticos, en donde se violan los derechos humanos y que aquejan problemas endémicos en materia de corrupción”, agrega el abogado que también estuvo destacado en la Misión del Observador Permanente de la Organización Internacional del Derecho para el Desarrollo ante la ONU.

“Poco debería sorprendernos que la Secretaría General del SICA esté a cargo de allegado al régimen Ortega-Murillo”, en alusión a Werner Vargas, un funcionario de confianza de Ortega que presidirá el cargo hasta 2026.

“Centroamérica se encuentra en una deriva autoritaria, siendo los casos de Nicaragua, El Salvador y Guatemala los más ilustrativos”, reflexiona Illueca.

“Irónicamente, el SICA se funda sobre la base de valores como democracia, derechos humanos y transparencia, pero en la práctica nos encontramos con Estados autocráticos, en donde se violan los derechos humanos y que aquejan problemas endémicos en materia de corrupción”, agrega el abogado que también estuvo destacado en la Misión del Observador Permanente de la Organización Internacional del Derecho para el Desarrollo ante la ONU.

“Poco debería sorprendernos que la Secretaría General del SICA esté a cargo de allegado al régimen Ortega-Murillo”, en alusión a Werner Vargas, un funcionario de confianza de Ortega que presidirá el cargo hasta 2026.

“Todas estas realidades llevaron a los diputados de la dictadura nicaragüense a proponer en Managua la expulsión de una de las democracias más vibrantes del globo y promover como observador a la autocracia más grande del mundo”, remarca Illueca.

La táctica de Beijing

El Parlacen revocó el papel de observador permanente de la legislativa unicameral de Taiwán, conocida como Yuan Legislativo, e incorporó a la Asamblea Popular Nacional China como representante legítimo. 

La moción que presentó Nicaragua contó con el respaldo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, particularmente del entusiasmo de la diputada Karina Sosa, describió una fuente a Expediente Público. Asimismo, dijo que hubo 32 votos en contra y nueve abstenciones.

“Hay que tener claro que el principal objetivo de China es la defensa del principio de ‘una sola China’ y su reconocimiento a nivel mundial es un elemento de vital importancia y una de sus principales directrices en materia de política exterior”, puntualiza la investigadora María Catalina Micolta, de la Fundación Andrés Bello.

“El eje central aquí es examinar cómo China ha ido avanzando a nivel regional en Centroamérica, logrando establecer relaciones diplomáticas con varios de sus países previo rompimiento de éstas con Taiwán, como ha sido el caso en los últimos años de Panamá en 2017, Nicaragua en 2021 y el más reciente, Honduras en 2023”, recuenta a Expediente Público.

“No sorprende que se vean amplios esfuerzos desde lo diplomático como desde lo comercial por parte de China para seguir aumentando esta tendencia”, argumenta Micolta.

La condena internacional

En tanto, congresistas y senadores estadounidenses de ambos partidos condenaron la expulsión de Taiwán a cambio del ingreso de China como observador permanente en el Parlacen.

El senador demócrata Tim Kaine y el senador republicano Marco Rubio, presidentes y miembros de alto rango del Subcomité de Relaciones Exteriores del Senado sobre el hemisferio occidental, emitieron una declaración conjunta condenando al Parlacen.

“Desde 1999, Taiwán ha servido como un socio fuerte en su papel como observador permanente del Parlamento Centroamericano, fomentando la buena gobernanza y el desarrollo económico en nuestro hemisferio, mientras que el régimen de China ha socavado constantemente la democracia, obstaculizado el crecimiento sostenible en la región y sometido a los uigures en Xinjiang al genocidio, la tortura, la violación y la detención arbitraria”, destaca el texto.

La posición actual de Guatemala

Por su parte, el Gobierno de Guatemala, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, condenó “categóricamente” la votación que admitió el ingreso de la RPCh como observador permanente y la consecuente expulsión de Taiwán del Parlacen.

“Guatemala lamenta esta decisión que no armoniza con el sentir de la totalidad de los países centroamericanos, a los cuales la República de China (Taiwán) ha demostrado a lo largo de las décadas ser un aliado, amigo y socio firme e incondicional”, según consigna la posición oficial divulgada públicamente.

El portavoz de la cancillería taiwanesa, Jeff Liu, declinó la maniobra en declaraciones recogidas por la prensa internacional. “Demuestra la expansión del autoritarismo en Latinoamérica. China y Nicaragua son conocidos por ser dos países autoritarios (…) Esto es un ataque no sólo a Taiwán sino también al bando global de los países democráticos”, declaró Liu.

El Ministerio de Asuntos Exteriores taiwanés, asimismo, reiteró que “la soberanía de Taiwán pertenece a su pueblo”.

Beijing “intenta interferir en nuestras elecciones nacionales a través de amenazas militares y coerción económica, siendo el último el asalto diplomático que nos obligó a salir del Parlacen”, añadió la Cancillería taiwanesa.

Doble rasero de Guatemala

Sin embargo, para el académico guatemalteco Luis Alberto Padilla la postura pública del Gobierno de Giammattei responde a un discurso de doble rasero.

“La política exterior de Giammattei fue una nulidad. Trató de engañar a Washington haciendo ese viaje a Ucrania, pero los gringos no se tragaron la píldora -como si se la tragó (Donald) Trump para consentir sacar a la CICIG en tiempos de (Jimmy) Morales, cuando este trasladó la embajada de Guatemala a Jerusalén”, declaró Padilla a Expediente Público

Padilla, quien es diplomático de carrera entre 1997 y 2013, tiene un doctorado en ciencias sociales en la Universidad de París II y fue embajador de Guatemala en diversas misiones tales como las sedes de Naciones Unidas, en Ginebra y Viena, La Haya, Moscú y Santiago de Chile.

En cuanto a Nicaragua, Padilla cree que Giammattei no tuvo “ninguna distancia” porque “suspiraba por un ‘modelo’ como el de Daniel Ortega. Por eso la persecución contra periodistas como Zamora o contra los operadores de justicia honorables”.

Dique de contención

El próximo año, tras la toma de posesión de Arévalo como jefe de estado, el reto de Guatemala será complejo porque Taiwán continúa presente en dos instituciones regionales claves como son el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en el que figura como socio extrarregional, y el SICA.

Al preguntar sobre la posición política que enfrentará la nueva administración hay cautela en voces como la de Padilla.

“Por ahora, parece prematuro hablar del asunto. Hay que esperar que las cosas se estabilicen y que el presidente electo anuncie quiénes van a ser sus ministros”, dice a Expediente Público.

“¿Cuál sería el panorama de Guatemala bajo el gobierno del presidente electo Bernardo Arévalo? Es importante no adelantarnos a sacar conclusiones, pues habría que esperar a que se definan claramente sus lineamientos en materia de política exterior”, inquiere Catalina Micolta.

“No cabe duda que habrá un redoblado esfuerzo por parte de China, particularmente en áreas de comercio e inversión, para que le resulte más atractivo a Guatemala un establecimiento de relaciones diplomáticas con ésta en vez de mantener las actuales con Taiwán”, anticipa la académica de la venezolana Fundación Andrés Bello.

Arévalo en equilibrio diplomático

El ahora presidente electo guatemalteco, que debe tomar posesión el 14 de enero de 2024, reiteró el pasado domingo que su programa de Gobierno está focalizado en sostener relaciones con sistemas democráticos.

“Nosotros creemos que no tenemos que caer en un escenario donde hay que optar entre una y otra y continuaremos trabajando con los dos”, declaró Arévalo de León.

El abogado panameño Alonso Illueca reitera a Expediente Público la dificultad del panorama para Arévalo.

“A la postre, el escenario planteado pareciese ser la materialización del anuncio que realizara el hoy presidente electo Bernardo Arévalo durante campaña, aquel consistente en acercarse a China; pero mantener relaciones con Taiwán, lo cual a la postre iría en detrimento de los intereses de Taipéi y favorecería la pretensión de Beijing de dejar a Taiwán con Belice como su último aliado en Centroamérica”, calcula Illueca.

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