Gustavo Petro llegó al poder como símbolo del cambio, pero su gobierno ha adoptado prácticas autoritarias: desprecio por la institucionalidad, ataques a la prensa y oposición, y amenazas de una Constituyente. Mientras pierde apoyo ciudadano, crece la preocupación por el futuro democrático de Colombia bajo su liderazgo.
China ha moderado su diplomacia tras la pandemia, pero en América Latina persiste el estilo del “lobo guerrero”. Embajadores chinos mantienen una retórica combativa frente al avance de EE. UU., especialmente en Costa Rica, Panamá y Colombia, países geopolíticamente sensibles.