Por Expediente Abierto
Durante la última década, ha habido un incremento de cooperación entre la República Popular China y Centroamérica. Esto obedece al establecimiento de relaciones diplomáticas entre el gigante asiático y países como Costa Rica, Panamá, El Salvador, Nicaragua y Honduras. Señal clara de esta renovada cooperación es la presencia, cada vez mayor, de empresas chinas en la región, dedicadas a ámbitos tan diversos como la construcción, la logística o las telecomunicaciones.
Si bien algunas de estas corporaciones han invertido en Centroamérica desde antes del “boom diplomático” con China, durante la época más reciente los acuerdos de cooperación y proyectos de infraestructura a su cargo se han multiplicado. Más allá de los beneficios regionales que esto podría suponer de acuerdo a la narrativa oficial china, la actividad de empresas públicas y privadas provenientes de la RPC ha implicado ciertas dificultades para la gobernanza y las economías centroamericanas.
El presente informe busca esclarecer el entramado general mediante el cual estas empresas operan en Centroamérica, auspiciadas por el Partido Comunista Chino y los gobiernos locales. Lo anterior, para prevenir a los tomadores de decisiones centroamericanos acerca de los riesgos estratégicos y el alto impacto económico que la inversión china en proyectos de infraestructura podría acarrear para sus respectivos países.
