Por Álvaro Bermudez*
Desde 2022, el régimen nicaragüense ha entregado más de 300,000 hectáreas del territorio nacional a cuatro empresas mineras de origen chino, sin historial conocido y bajo un marco legal reformado para evitar el escrutinio público e internacional. Esta entrega masiva de concesiones no es un episodio aislado de inversión extranjera, sino un componente de una estrategia más amplia que combina autoritarismo, opacidad legal y expansión geopolítica de la República Popular China en Centroamérica.
Este artículo examina cómo el régimen ha utilizado reformas legales, transferencias exprés de concesiones y vacíos institucionales para atraer capitales chinos en condiciones altamente opacas. También analiza el papel estratégico del oro como recurso crítico en la disputa hegemónica global, el potencial impacto sobre comunidades indígenas y ecosistemas vulnerables, y los riesgos de replicabilidad de este modelo en otros países de la región.
A través de una investigación basada en fuentes oficiales y seguimiento de movimientos empresariales recientes, el texto ofrece un mapa detallado de las empresas involucradas, sus vínculos con el régimen y el marco normativo que permite su operación. Más allá de los números y nombres, lo que está en juego es el tipo de desarrollo y soberanía que se construye —o se erosiona— en el corazón del continente
* Estudiante investigador para asuntos de América Latina.